El asesinato de Regina Martínez, corresponsal del semanario Proceso en Veracruz, marcó un antes y un después en las condiciones de seguridad y libertad para ejercer el periodismo en México, concluyeron integrantes del gremio en la presentación del libro “En la boca del lobo. Una conversación sobre el costo de silenciar a la prensa”.
La periodista fue doblemente silenciada, al ser asesinada y después al cerrar su caso como un asunto “pasional”, que además deja un pendiente desde el Poder Judicial que ha negado reconocer a Proceso como víctima y que sea el Estado el responsable del asesinato de Regina Martínez.