Los liderazgos de Morena en Coahuila le abrieron la puerta a perfiles de otros partidos para seleccionar a los candidatos a las diputaciones locales, incluso a quienes pocos días antes apoyaban a candidatos a la gubernatura de partidos contrarios; pero para la asignación de los primeros tres lugares de legisladores plurinominales aplicaron el “dedazo”, bajo el argumento de que la militancia no es suficientemente competitiva.
Morena ha justificado esos medios de designación –que han generado inconformidad e impugnaciones– en un solo fin: ganarle al PRI.