Pistas clandestinas, aseguramiento de drogas, asesinatos y desaparición de personas y desplazamiento forzado de comunidades forman la nueva realidad de la Selva Lacandona, territorio otrora ajeno a la narcoviolencia… Y ante las acusaciones presidenciales de presunta complicidad, las autoridades comunales niegan cualquier actividad ilícita de parte de la población local y claman por ayuda federal.
Territorio antes ajeno a la narcoviolencia y donde las acciones operativas de grupos del crimen organizado eran de bajo perfil, la Selva Lacandona ya se ha contaminado tanto de esta intrusión criminal, que el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo que reconocer lo que ahí pasa desde hace algunos años.
Pistas clandestinas que se multiplican, aeronaves que aterrizan y despegan rápidamente, aseguramiento de cargamentos de drogas, militares sometidos por civiles que les arrebatan lo decomisado, asesinatos y desaparición de personas, desplazamiento forzado masivo de comunidades y convoyes de camionetas con hombres armados que siembran el terror. Es la nueva realidad en la Lacandona.