Delia Quiroa, del colectivo 10 de marzo de Tamaulipas, todos los días ve a su madre llorar, no dormir ni comer. Dice que ya no puede seguir con ese sufrimiento ni ver sufrir a su familia por no saber qué pasó con su hermano desaparecido desde 2014. Por eso, y por la omisión de las autoridades, propuso un acuerdo de paz al crimen organizado, un llamado en el que han coincidido algunos otros colectivos de buscadoras e incluso, en un primer momento, el Presidente de la República.
Blanco de amenazas de muerte, asesinatos, enfermedades crónicas y la omisión de las autoridades, algunos colectivos de buscadoras de familiares víctimas de desaparición forzada se han dirigido directamente al crimen organizado para proponerles un acuerdo de paz, el cual fue bien visto por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, una coincidencia que las rastreadoras atribuyen a que reconoce que “el Estado está rebasado” por “el control del país” de los cárteles. Ayer aclaró que lo que dijo es que “está a favor de cualquier medida que nos permitiera vivir en paz”, pero que la responsabilidad de garantizarla es de su Gobierno.