La historia que les cuento a continuación, menos que nunca, va cargado de objetividad. Quiero comenzar siendo transparente con ustedes, lectores y lectoras, es la historia de mi hermana. Pero puede ser la de muchas más, su caso de anticoncepción sin su consentimiento pleno y libre sentará un precedente para que no vuelva a ocurrir.
Las mujeres pobres no deben ser mamás. A lo largo de su embarazo y en el postparto, Angélica escuchó esto del personal de salud de distintas formas, a veces disfrazado de planificación familiar y otras veces de manera directa: ¿pobres y mamás?, esas palabras no deben ir juntas.
Pero si ella y otras mujeres y personas gestantes en la misma condición socioeconómica no quieren tomar la decisión de no engendrar vidas, no hay problema que alguien más en el sistema lo determinará.