Un día antes del Día de las Madres, Dulce Flores se enteró de la muerte de su hijo Fernando, de ocho años de edad, por una llamada telefónica. La mujer no lo veía desde hace 10 meses (pese a tener la custodia legal de dos hijos), pues el padre se negó a entregarlos tras llevárselos de Morelos a Guanajuato.
La mujer se trasladó de Cuautla a Guanajuato, en compañía de su madre, y averiguó dónde se hacía el servicio funerario, pero el padre le impidió siquiera acercarse al féretro por una supuesta orden de restricción.