El tiempo se detuvo en la oficina de Leodegario. La máquina de escribir Olivetti y el teléfono Nokia están intactos, parecen esperar a que regrese a redactar y retome llamadas que dejó pendientes esa primavera de 2004 en Acapulco.
A Leodegario Aguilera Lucas, director de la revista Mundo Político, lo sacaron inconsciente de su casa en Jardín Azteca; de aguilita iba arrastrando los pies, como si fuera un bulto pesado.