La actual crisis en la capital guerrerense detonada por el abierto enfrentamiento entre Los Ardillos y Los Tlacos, grupos delictivos antes aliados, es un reflejo de la “estatalidad frágil, al margen de la legalidad” que se vive en la entidad, afirma el investigador Gabino Solano Ramírez.
Responsable del proyecto de estudios de las violencias en la entidad por la Universidad Autónoma de Guerrero, Solano Ramírez da a Proceso su explicación sobre el incremento de las violencias y las recientes movilizaciones y bloqueos en los que se han involucrado cientos de pobladores, particularmente los ocurridos entre el sábado 8 y el lunes 10 de julio.