Otis dejó un paisaje árido pues arrasó con 90% de la vegetación de Acapulco, estiman autoridades; más calor, riesgo sanitario y aves sin hogar, entre los efectos.
Desde cualquier punto de la costera Miguel Alemán se observan cerros secos y pelones. Parecen parte del paisaje árido del norte del país, nada que ver con el ambiente tropical del puerto, de ello, sólo queda el calor, pero este calor tampoco es normal, todo porque los fuertes vientos del huracán Otis arrasaron con el 90 y 95 por ciento, aproximadamente, de la cobertura vegetal que había en el territorio, de acuerdo con los cálculos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del estado de Guerrero (Semaren).
La destrucción vegetal por el paso del huracán ha tenido repercusiones inmediatas en Acapulco, la elevación de entre tres y cuatro grados centígrados de la temperatura –de acuerdo con el monitoreo que hacen, en medio de dificultades en el servicio de internet, la única estación meteorológica que funciona en Acapulco y que reportan a investigadores y autoridades– y el incremento en la sensación térmica.