Entre 1974 y 1979 los cuerpos de al menos 350 disidentes políticos fueron lanzados al mar en los llamados “vuelos de la muerte” ordenados por el Ejército, según se desprende de una investigación interna realizada por la Sedena.
Las bitácoras completas de los aviones Aravá a los que ha tenido acceso Fábrica de Periodismo no dejan lugar a la imaginación: en cinco años (1974 y 1979) el Ejército mexicano realizó al menos 54 vuelos nocturnos de la muerte, una operación mediante la cual cientos de mujeres y hombres que habían sido ejecutados momentos antes con un disparo en la nuca fueron lanzados al océano Pacífico, aun cuando algunas todavía vivían.