Para colmo el tema de las drogas que ahora dice el presidente López Obrador ser el “problema estructural de fondo” no está siendo combatido de manera apropiada y exitosa.
Una vez más el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, de manera indolente e irresponsable, revictimizó a los once asesinados en la masacre de Salvatierra, Guanajuato, al decir que el caso estaba relacionado con el consumo de drogas. Dijo sobre el atentado que dejó, además, 14 heridos: “es un problema estructural de fondo. Esa franja es de las zonas con más consumo de drogas en el país”.
No es la primera ocasión que con esa frase intenta justificar la creciente y sangrienta violencia que impera en el país. No hace muchos días, a propósito de otra masacre, en Celaya, Guanajuato, en la cual le fue arrebatada la vida a cinco estudiantes de medicina, espetó lo mismo; que el asesinato de los jóvenes había sido “por el consumo de droga, porque fueron a comprar a alguien que vendía droga en un territorio que pertenecía a otra banda”.