La formación de caravanas ha sido constante en los últimos años ante la inseguridad y violencia en sus regiones, y por la lentitud de los procesos de regulación migratoria.
Varios miles de adultos, menores y familias completas de migrantes avanzaban el día de Navidad a pie por las carreteras del sur de México con la aspiración de que las autoridades mexicanas les permitieran llegar hasta la frontera con Estados Unidos.
El grupo, unas seis mil personas de diferentes nacionalidades, aunque la mayoría centroamericanos, venezolanos o cubanos, partieron el domingo desde Tapachula, casi en la frontera con Guatemala en la que constituye la mayor caravana formada este año.