La región vive un flujo migratorio sin precedentes que no ha podido controlarse pese a los intentos de Estados Unidos de abrir nuevos cauces para emigrar legalmente a la vez que endurece las consecuencias de hacerlo de forma irregular.
La caravana de migrantes que partió en Nochebuena de la frontera con Guatemala continuaba caminando el martes por las carreteras de Chiapas pidiendo a los gobiernos de Estados Unidos y México que en lugar de endurecer la política migratoria ofrezcan mayores posibilidades de empleo para quienes salen de sus países huyendo de la pobreza o la violencia.