La injusticia se repite diariamente en los distritos judiciales I, perteneciente a Puente Grande, y XI, de Colotlán, donde por la falta de intérpretes y traductores se suspenden los procesos penales del nuevo sistema y del tradicional.
Debido a que no contó con un traductor, un menor de edad de origen wixárika fue juzgado como adulto por homicidio calificado, sentenciado a más de 30 años de cárcel y trasladado a Puente Grande sin que nadie le pudiera especificar su situación.
El menor, que tenía 16 años cuando fue enviado al Centro de Reinserción para Sentenciados en Puente Grande, permaneció una década preso, hasta que José Cabrera, abogado defensor de personas pertenecientes al pueblo Wixárika, le consiguió un amparo, en noviembre pasado recobró su libertad.