La reciente decisión la Suprema Corte de Justicia de México de levantar la suspensión de las corridas en la mayor plaza de toros del mundo —por su número de espectadores— lo ha llenado de esperanzas a él y a otros miles de empleados que dependen de esa industria.
En pleno ruedo de una desolada y fría Plaza México un joven novillero, vestido con ropa deportiva, levanta su muleta para hacer un derechazo y un pase de pecho mientras es embestido por una cabeza de un toro movida desde una carretilla por un colega que simula algunos bramidos para darle realismo a la práctica.
Para el novillero colombiano Juan Esteban Arboleda Gómez, quien es conocido el mundo taurino como Juan Gómez “Dinastía”, el entrenamiento en la plaza de la capital mexicana tiene ahora un sabor diferente.