La violencia criminal ha carcomido toda actividad económica en Taxco y ha sumido a la ciudad en un caos sin transporte público, mientras que el alcalde se paseaba por Europa.
Las calles empedradas de Taxco están casi vacías, la ciudad colonial de Guerrero que está acostumbrada a recibir miles de turistas nacionales y extranjeros ahora parece abandonada.
Los negocios de venta de plata están abiertos, los restaurantes y demás locales, pero los vendedores están en sus puertas esperando compradores que no llegan. No hay turismo, se cumplieron once días de que los transportistas locales decidieron parar debido a ataques armados y amenazas, y la población ha preferido no salir de sus casas.