Ante el silencio de las autoridades, este martes el transporte público dejó de circular, las escuelas suspendieron labores y los comercios no abrieron.
Chilpancingo amaneció convertida en una ciudad fantasma. Los grupos criminales paralizaron por segundo día consecutivo a la población que prefirió resguardarse ante la falta de transporte y de seguridad.
Ante el silencio de las autoridades, este martes el transporte público dejó de circular, las escuelas suspendieron labores y los comercios no abrieron.