Ante el recrudecimiento de la violencia, los obispos de Guerrero pidieron a quienes “han hecho del crimen un estilo de vida” que cesen en sus abusos contra de las personas, las familias, los pueblos y las ciudades.
Los obispos llamaron a las y los gobernantes que “superen cualquier actitud de indiferencia ante aquellos que los eligieron para gobernar, y eviten ser rebasados por aquellos que intentan apoderarse del ánimo, de la vida económica y del futuro de nuestros municipios”, a las familias y a las comunidades creyentes a fomentar la paz.