Esta semana, a propósito de la denuncia que su hermano presentó contra Carlos Loret de Mola, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió al tema ya finalizada una de sus conferencias matutinas. Sin el pódium oficial, apresurado y evidentemente molesto, lo primero que dijo fue: “Si le puedo hacer alguna recomendación a mi hermano o a cualquiera, es que no sirven de nada las denuncias, porque no se puede denunciar a un mafioso que está protegido por un Poder Judicial mafioso, porque forman parte de la misma mafia, es perder el tiempo…”.
Durante muchos años, en los cuales López Obrador anduvo de campaña, los mexicanos no se atrevían a denunciar los hechos de los cuales habían sido víctimas por varias razones, entre las cuales destacaban que no se investigaría (incapacidad del Ministerio Público), que los delincuentes estaban coludidos con la autoridad (corrupción).