A pesar de la reticencia de las autoridades a aceptar que en la CDMX hay fosas clandestinas, colectivos descubren predio con restos en la alcaldía Tlalpan, donde hace años ya se habían hallado cadáveres.
Para llegar hasta las cintas de plástico amarillas que prohíben el paso y marcan la anatomía de una fosa clandestina –una tumba escondida bajo una montaña de basura y escombros–, hay que atravesar primero un predio baldío que está localizado a unos pocos metros de una solitaria carretera, y en el que aún se mantienen en pie los restos de un caserón en ruinas.