El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) acusó, el 9 de abril de 2024, a compañías militares privadas de Estados Unidos, de reclutar a miembros de los cárteles del narcotráfico de México y Colombia, que cumplían condenas en las cárceles estadounidenses, para enviarlos a combatir en la guerra de Ucrania.
El Gobierno ruso señaló de forma directa a la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), y, al Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) -ambas agencias adscritas al Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés), de realizar el supuesto reclutamiento, “para participar en el conflicto ucraniano, del lado del degradante régimen de Kiev”.