Desde el miércoles pasado el CJNG tomó tres comunidades y mantiene sitiada la cabecera de Coahuayana, donde se han refugiado cientos de personas, quienes afirman que las bombas causan sensación de asfixia. Los habitantes, aterrados, exigen la expulsión de los grupos criminales.
El Cártel Jalisco Nueva Generación irrumpió el pasado miércoles 3 de abril en al menos tres comunidades de Coahuayana y mantiene hasta ahora cercada la cabecera de este municipio, ubicado en los límites con Colima y convertido en un refugio para cientos de personas desplazadas por la violencia de éste y otros grupos criminales, empleando explosivos, ahora de tipo químico, arrojados por drones.