La incursión del 5 de abril, que se produjo horas después de que México concediera asilo a Jorge Glas, avivó las tensiones latentes entre las dos naciones desde que el exvicepresidente de Ecuador, que fue condenado por los tribunales y estaba prófugo, se refugió en la delegación diplomática mexicana en diciembre.
Ecuador defendió el miércoles su asalto a la Embajada mexicana en Quito del mes pasado y dijo a los jueces en una importante Corte de Naciones Unidas que actuó para detener a un “delincuente común”, en referencia a un exvicepresidente de Ecuador que estaba refugiado en la sede diplomática.
La declaración de los abogados de Ecuador formaba parte de la instrucción de un caso iniciado por México en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que acusa a Quito de incumplir de forma flagrante los tratados internacionales al asaltar la Embajada para detener al exvicepresidente Jorge Glas.