Un documento de la SRE obtenido por Proceso revela que durante 10 años la DEA se aprovechó de las concesiones que les dieron los gobiernos de Calderón y Peña Nieto para realizar labores de espionaje contra dos miembros del gabinete presidencial.
Las injerencias, espionaje, violaciones constitucionales y a la soberanía de México por parte de la DEA son resultado del aumento de sus agentes y personal técnico administrativo autorizados por Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
La narcocorrupción en los sexenios de Calderón y Peña Nieto fue aprovechada por Washington, que logró en esos periodos que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) autorizara a la DEA subir de 54 a 70 el número de sus agentes y de 32 a 41 técnicos administrativos.