Javier y su hijo forman parte de las personas sentenciadas en Edomex por extorsión sin tener acceso a una defensa adecuada o sometidas a juicios sin que les tomen en cuenta las pruebas presentadas a su favor.
Javier Cruz trabajaba en una empresa que renta vehículos, y como parte de sus labores le pidieron acudir a recuperar una camioneta que no había sido devuelta, lo que le costó a él y a su hijo ser detenidos y condenados a 40 años de cárcel en el Estado de México, acusados de extorsión.
Cuando acudió al sitio en el que se encontraba la camioneta de acuerdo con un dispositivo de geolocalización, Javier se encontró con que esta había sido vendida a una persona que dijo desconocer que se trataba de un vehículo rentado.