En Guerrero desde hace cinco décadas es complicado que los mexicanos obtengan justicia en casos de violaciones de los derechos humanos en los que están implicados elementos de las Fuerzas Armadas, advierten expertos en la materia.
La constante del Ejército en 50 años en Guerrero es su implicación en casos de violaciones graves de derechos humanos, la gran mayoría sin castigo, pero también la impunidad que le han otorgado el fuero militar y el Estado mexicano, asienta el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.
Otra característica es que las familias de las víctimas han buscado la justicia en instancias internacionales, en las que el Estado mexicano ha sido sentenciado o señalado por estos abusos, considera la organización civil.