AUTOR: ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA.
La relación del gobierno federal con los medios de comunicación está reencontrando su viejo cauce clientelar. Durante el año pasado, el presupuesto para difundir programas oficiales e información de interés público se utilizó en una avalancha propagandística para aplastar la resistencia contra las reformas propuestas por el presidente Enrique Peña Nieto. Los beneficiados del enorme gasto fueron los de siempre: las televisoras y los medios afines. No es extraño que al gobierno no le interese cumplir sus promesas de normar y transparentar el gasto público en materia de publicidad oficial.
MÉXICO, D.F: “¿Qué hijos le vamos a dejar a este país?”, cuestiona uno de los 14 videos que el gobierno federal mandó hacer para promover la reforma educativa. “Se podrán deducir las colegiaturas”, promete uno de los tres espots sobre la reforma hacendaria. Uno de los 12 videos que difunde la reforma energética afirma que se pagará menos dinero por el gas y por la luz… Es la promoción de las reformas que la prensa internacional ha llamado el Mexican moment.
Pocos saben que esas campañas costaron cientos de millones de pesos y que esos recursos salieron del presupuesto originalmente destinado a difundir acciones, programas y servicios.