AUTOR: Mireya Cuéllar.
La semana pasada 50 trabajadores regaron cal en un kilómetro ‘‘para la foto’’. Las ‘‘brigadas de reparación y limpieza’’ de que habla Grupo México no han aparecido.
Hermosillo, Son., 1º de septiembre. Los ríos Bacanuchi y Sonora nacen casi juntos en dos extremos de la mina de Cananea. En la cara suroriente del complejo, el Bacanuchi recibió los 40 millones de litros de sulfato de cobre acidulado –es una de las versiones sobre lo derramado– que nadie ha empezado a recoger.
Sus aguas, que desembocan en el Sonora, arrastraron los contaminantes hasta la presa El Molinito –tuvo que ser cerrada–, que en esta temporada debería surtir la red de agua potable de la capital sonorense.
Muchos tramos de los 270 kilómetros de cauce del río Sonora están casi secos. Unos hilos de agua recuerdan que en temporada de lluvia suele correr desde Cananea, en el norte del estado, casi hasta Hermosillo. Sus lodos contaminados con sulfato de cobre brillan al sol; aquí la temperatura es de más de 40 grados.