La debacle política que vive el PRD, generada por la tragedia de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, posicionará en la izquierda mexicana al Movimiento de Regeneración Nacional, Morena.
El partido político fundado por Andrés Manuel López Obrador –tras la crisis política que enfrenta el PRD- se erigirá como una de las principales opciones que tendrán en México los progresistas en la elección del 2015.
Mientras los hechos de Iguala están devastando a la cúpula perredista, el caso solo ha salpicado al dos veces aspirante a la presidencia de México por el Sol Azteca.
A López Obrador se le ha vinculado con Lázaro Mazón, exsecretario de Salud del estado de Guerrero y padrino político de José Luis Abarca, el exalcalde de Iguala hoy detenido acusado de ser el autor intelectual de la desaparición de los normalistas el pasado 26 de septiembre.
Hasta antes de los hechos de Iguala, Mazón se perfilaba como el candidato de Morena y del lopezobradorismo a la gubernatura de Guerrero en las elecciones del 2015.
Hoy Mazón está prácticamente sepultado políticamente: tuvo que renunciar a su cargo como secretario de Salud de Guerrero y responder en la SEIDO por sus vínculos con Abarca.
Pero López Obrador ha conseguido desvincularse de él.
El exjefe de Gobierno del Distrito Federal ha logrado mantenerse en la línea de flotación en la tragedia de Iguala y evitar las muestras de repudio que otros militantes perredistas han sufrido en su contra como Cuauhtémoc Cárdenas, el senador Alejandro Encinas, y el exlíder del PRD, Jesús Zambrano.
López Obrador no se ha sumado todavía a las movilizaciones y protestas que reclaman la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Sin embargo, el caso ha sido abordado de manera reiterada en los discursos que pronuncia el ahora líder moral de Morena.
El pasado 26 de octubre, en la Asamblea Nacional de Morena, celebrada en el Zócalo, López Obrador propuso que por los hechos de Iguala el presidente Enrique Peña Nieto debería de renunciar a la presidencia antes del 1 de diciembre para que se convoque a nuevas elecciones anticipadas para elegir nuevo mandatario.
El lunes pasado, López Obrador en su cuenta de Twitter publicó su apoyo a las manifestaciones por los estudiantes de Ayotzinapa que se llevan a cabo en México.
“Hay que seguir protestando pero de manera pacífica, con el principio y las practicas de la no violencia. No hay que caer en provocaciones”, escribió López Obrador.
El caso de la desaparición de los estudiantes de Guerrero y el involucramiento del exedil de Iguala, el perredista José Luis Abarca, sacó a relucir la descomposición que vive en México el PRD y su dirigencia.
Los diferentes grupos perredistas –Izquierda Unida (“Los Chuchos”) e Izquierda Democrática Nacional (IDN)- están enfrascados en una guerra de acusaciones y señalamientos por el respaldo político que el PRD le brindó a un político que hoy está bajo investigación por sus nexos con el crimen organizado.
El fin de semana, el líder moral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, solicitó la renuncia de Carlos Navarrete de la presidencia nacional del Sol Azteca.
“Es momento de tomar decisiones de fondo; decisiones que deben tomar en primer lugar sus más altos cuerpos de gobierno; decisiones en las que a cualquier interés personal o de grupo se anteponga el interés del país. Invito, con todo respeto, a que renuncie de manera irrevocable el Comité Ejecutivo actual, encabezado por el presidente y el secretario general”, escribió Cárdenas en una carta enviada el domingo.
Ese mismo día Navarrete contestó a través de un comunicado de prensa a la exigencia de Cárdenas de que dimita como líder del Sol Azteca.
Navarrete adelantó que someterá esa decisión al Consejo Nacional del PRD, órgano donde la corriente a la que él pertenece, Izquierda Unida, tiene mayoría de votos.
Pero ayer en una conferencia de prensa, Navarrete endureció su discurso contra Cárdenas.
“El ingeniero cree que ante cada crisis del PRD debe renunciar la dirigencia y no coincidimos. Algunos piensan que la respuesta a la crisis es ahondar en la crisis”, contestó el dirigente perredista.
Navarrete calificó como un sinsentido la exigencia del tres veces excandidato presidencial del PRD.
“Se pretende hoy cuando ya empezó el proceso electoral reponer un procedimiento de ocho meses, me parece por lo menos un sinsentido. A menos de que se plantee no participar en las elecciones de 2015”, declaró Navarrete.
El día de ayer en un intento de salir de la crisis en la que está hundida la dirigencia perredista, Navarrete dio a conocer un programa de blindaje electoral para establecer candados en la selección de candidatos y evitar más casos como el de José Luis Abarca, el exedil de Iguala.
En las Reglas Generales para las Personas del PRD Expuestas Políticamente (PEP) se establece una política de cero tolerancia para las “Personas Expuestas Políticamente”, que sean sospechosas de tener vínculos con el crimen organizado.
Según este conjunto de medidas, el CEN del PRD exigirá a cada uno de sus candidatos las declaraciones patrimoniales, además de que se entregarán la información patrimonial a la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCH y al Instituto Nacional Electoral.
Mientras el PRD enfrenta su decadencia, López Obrador no pierde la oportunidad para aprovechar la crisis que vive su expartido político para asumir el liderazgo de la izquierda mexicana con Morena.
Se espera pronto una desbandada de militantes del PRD para adherirse a Morena.
El mes pasado el senador del PRD de Morelos, Rabindranath Salazar Solorio, presentó su renuncia al Sol Azteca para sumarse al proyecto político de López Obrador.
Morena apenas obtuvo este año su registro como partido político, por lo cual carece de representatividad oficial en la cámara de diputados y de senadores.
Sin embargo está representado de facto.
Existe un grupo de legisladores del PRD, PT y Movimiento Ciudadano –entre 38 diputados y 10 senadores- que son afines al proyecto de López Obrador.
Entre ellos está el diputado del PT, Ricardo Monreal; los senadores Alejandro Encinas, Layda Sansores , Fernando Mayans y Manuel Bartlett.
FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: CÉSAR CEPEDA.