Si a El Chapo lo sometieran a un procesamiento judicial en un país de gobernabilidad promedio, la mitad de la clase política mexicana estaría siendo procesada, señaló.
El investigador y especialista en temas de seguridad, Edgardo Buscaglia, consideró que la fuga de Joaquín Guzmán Loera “es un golpe mortal a la credibilidad y a la confianza internacional del gobierno de Peña Nieto, es muy difícil que un gobierno pueda recuperar la credibilidad y la confianza internacional después de un escándalo de corrupción preanunciado como lo es esta fuga”.
En entrevista para Aristegui CNN, dijo que Guzmán Loera se escapa debido a que los controles institucionales en México brillan por sus vacíos de Estado y los sistemas penitenciarios y policiales que protegieron esta fuga institucional son feudos de la delincuencia organizada, afirmó.
“El presidente y su administración se han resistido a implementar una limpieza de Estado”, aseguró el investigador.
Además, apuntó que “los patrones de corrupción política y operativa que viene protagonizando la red criminal de Sinaloa ya son legendarios. Es el grupo criminal que más infiltración de los Estados ha demostrado en todo el continente”.
Recordó que el de Sinaloa “es el quinto grupo criminal más importante del planeta y ante todo este hombre que se acaba de fugar es el artífice de las alianzas entre grupos criminales más sofisticados del continente. Su capacidad de tejer alianzas entre grupos criminales que eran enemigos es lo que hace la red criminal Sinaloa”.
Indicó que El Chapo “ha logrado penetrar las instituciones del Estado mexicano hasta lo más profundo“.
“Si a este hombre realmente lo someten a un procesamiento judicial en un país de gobernabilidad promedio, la mitad de la clase política mexicana estaría siendo procesada, como lo fue en Italia o en Colombia, a través de las conexiones que la organización criminal que él lidera ha venido tejiendo con senadores, diputados, gobernadores, etcétera”, refirió.
Para Buscaglia se trata de un caso de corrupción generalizada, que de alguna manera implica una penetración de todas las estructuras de seguridad.
“Este hombre generó mecanismos sofisticados en su fuga que implica que todos estos controles, que brillan por sus vacíos de Estado, han permitido que los sistemas policiales y penitenciarios hayan estado protegiendo esta fuga institucional, yo le llamaría fuga institucional, ya que en México los sistemas penitenciarios son feudos de la delincuencia organizada y nada ha hecho esta administración para poder neutralizar esta situación que ya viene sucediendo en México desde hace muchos años”, sostuvo.
“Yo quiero señalar que en esta nueva hora oscura que está viviendo México, que sigue la línea de tragedias enormes como Ayotzinapa, los crímenes de lesa humanidad del Ejército contra civiles, las casas blancas y todo esto, este golpe a la credibilidad de esta administración representa también una oportunidad, en esta nueva hora oscura no debemos perder la perspectiva propositiva”, pidió.
Dicha oportunidad consistiría en que la presión internacional de Estados Unidos, que “en este caso que me imagino deben de estar bastante molestos”, se traduzca en una presión como la que le aplicaron a Colombia en los años 90 para que se implementen mecanismos de limpieza de Estado.
El especialista aseveró que si la política exterior norteamericana pasara de poner su energía a sus negocios, a una limpieza de Estado para poder generar seguridad de ambos lados de la frontera, esta fuga sería un catalizador y obligaría a esta administración a implementar medidas por ejemplo de control patrimonial para procesar a gran parte de la clase política, como en Italia y Colombia.
“De estas crisis muchas veces surgen reformas importantes… la debilidad de regímenes corruptos como es el caso mexicano permite que la presión internacional haga factible que se implementen reformas que bajo condiciones normales la administración de Peña Nieto nunca implementaría, por ejemplo unidades de investigación patrimonial autónomas, con las cuales podrían identificar los vínculos de financiamiento de campañas ilegal, vinculados a la red criminal Sinaloa”, ejemplificó.
E insistió: “Esta es una oportunidad para presionar aún más a un gobierno ya muy debilitado, después de tragedias, escándalos, crímenes de lesa humanidad, conflictos de interés y corrupción al más alto nivel y ahora este nuevo escándalo de corrupción preanunciado, que de alguna manera, aún si lo recapturaran, el daño de credibilidad y de confianza ya está hecho”.
Mencionó que para la búsqueda del narcotraficante hay órganos de inteligencia extranjera operando en México, “por lo que de alguna manera esto no es solamente un operativo doméstico, mexicano, para encontrar a este hombre”.
Y agregó que “es un suicidio político pensar que esta administración estuvo involucrada desde la cúpula misma en esta fuga”, pues “las principales víctimas son el presidente y Osorio Chong, que tengo entendido que quería ser presidente también”.
“Toda esta gente van a ser cadáveres políticos si Guzmán Loera después de fugarse, implementa una alianza entre redes criminales, transformando la red Sinaloa en una red de redes, como es el plan que tienen en cuanto a la expansión de su grupo”, señaló.
No detener al Chapo “sería el fin de la carrera política no sólo del presidente sino de todos los que lo acompañan. Hay un incentivo para capturarlo lo antes posible, no puedo predecir que eso pueda ocurrir, pero hay servicios de inteligencia de EU seguramente operando en territorio mexicano, usando todos sus recursos, para identificar dónde está este hombre”, finalizó.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.