Una casa modesta reemplazó la carpa donde vivieron en un albergue para migrantes. Sus hijos de siete y cinco años cursan su segundo año en una escuela pública y un tercer hijo se apresta a celebrar sus dos años en Tijuana.
Figuraron entre los primeros migrantes que Estados Unidos envió de vuelta a México en el marco de una política que ha alterado totalmente el panorama en la frontera entre los dos países y que hace que quienes solicitan asilo en Estados Unidos esperen el desenlace de sus pedidos en México. Inicialmente esta política abarcó solo a los centroamericanos, pero fue ampliada y ahora incluye a ciudadanos de otros países, con excepción de los mexicanos. El miércoles el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos dispuso que también los brasileños tienen que esperar en México.