Los padres, hermanos y abuelitos de Samantha Rosales Barrios colocan en el patio de la casa sillas para su novenario. El silencio de pronto se rompe por los gritos y el llanto de la abuelita con quien Samantha, mujer trans, vivió hasta antes de que el jueves 20 de agosto muriera embestida con “dolo” por un automóvil mientras circulaba en una motocicleta en Atlixco, Puebla.
“Dijo que se iba morir siendo reina y así fue, se murió siendo reina”, dijo su hermano Silvestre Flores Rosales, cinco años menor que Samantha.