El ascenso del Partido Verde como segunda fuerza política de la mano de Morena es el resultado de la perversión del sistema político mexicano. A pesar de ser un partido con un historial lleno de trampas e ilegalidades, ha sido parte de tres alianzas gobernantes desde el año 2000 gracias a sus acuerdos cupulares.
“Lleva 18 años siendo parte del gobierno, beneficiándose al lado del PAN, del PRI y ahora de Morena. Es el producto más acabado de cómo se puede pervertir un sistema”, afirma Paula Sofía Vásquez Sánchez, analista política que ha coordinado proyectos de regulación, políticas públicas y derecho electoral durante 15 años en organizaciones no gubernamentales, el gobierno de la Ciudad de México y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.